Echar a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha demostrado definitivamente que no está capacitado para seguir gobernando España. Un traidor a su propio país, al que no le inporta destrozarlo con tal de que sus aliados le mantengan en la Moncloa mientras puedan  aprovecharse de su obsesión por el poder, no debe seguir gobernando. Una persona que se deja humillar sin límite por los que quieren destruir España no está en condiciones de gobernar. Un gobernante que miente compulsivamente ha perdido toda credibilidad y debe abandonar todo cargo público. 

Pedro Sánchez, aunque –Dios no lo permita- pueda seguir durmiendo en la Moncloa por un tiempo, está políticamente acabado. Nadie sensato se fía de él, salvo esos a los que mantiene en el cargo, y mientras les mantenga. Tal obsesión por el poder, a toda costa, con las trampas que hagan falta, con el retorcimiento de la ley, no parece normal. Una persona normal es consciente de que tiene una dignidad, una responsabilidad histórica, unas obligaciones inherentes a su cargo por las que no puede ni debe ceder a chantajes que le van a marcar para toda la vida, porque son un peligro real grave para España. Esta anormalidad indica una falta absoluta de principios morales, pero yo diría que también  una personalidad que raya lo patológico: una egolatría obsesiva que le dificulta enormemente aceptar la realidad, que es un obstáculo para pensar y decidir con libertad de juicio, pues está muy condicionado por esa obsesión vanidosa, un tanto enfermiza.  Una persona con esas limitaciones importantes está incapacitada para desempeñar cargos de gran responsabilidad.

¿Cómo echar a Pedro Sánchez? Basta que haya 5 diputados del hasta ahora llamado partido socialista (antes ·español” y ahora “antiespañol”) que no quieran pasar a la historia como cómplices culpables de un grave atentado contra España y los españoles. ¿No va a haber 5 hombres o mujeres entre los 121 diputados actuales? ¿No va a haber 5 diputados con libertad de criterio, sin miedo a dar la cara en momentos trascendentales? Yo quiero creer que si los hay, aunque se me pueda llamar ingenuo. Basta que tengan el corage de decir NO a la amnistía. Y cualquiera de esos 5 hombres o mujeres podrían ser perfectamente el sucesor de Pedro Sánchez. Esas 5 personas acabarían cogiendo de nuevo las riendas del partido, una vez derogado el sanchismo, que ya no es el partido socialista.

De este modo habría nuevas elecciones, y que España entera diga si está dispuesta a aceptar chantajes de terroristas e independentistas, que en buena parte también son terroristas. Y así, lo más probables es que Pedro Sánchez se vaya a la calle.

Miguel Lara

 

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